domingo, enero 21

Hemos caminado por lugares extraños e insólitos: el mar nos pedía que ahogemos nuestro amor hasta la eternidad; la selva misteriosa insinuaba que continuaramos con nuestra exploración hasta cansarnos; la lluvia llegó derepente y pidió que nos sentemos a meditar, de qué? Ese era nuestro gran dilema, yo corrí hacía el amor de mi vida, y escuchaba en mi interior a Arjona decirme que la lleve en el taxi; no contaré detalles sólo resumiré que le besé hasta la sombra.
A su lado no importaba el lugar sin embargo mi aversión por ella crecía desmedidamente, pero su corazón era muy hábil y lograba manipularme como lo hace un ventrílocuo a su muñeco.
Aparecimos de pronto bajo un muelle, empecé a vituperar de quienes estaban a su alrededor. Irritada me gritó INSENSATO, caí y empecé a recordar a Allende cuando le gritó lo mismo a Castel.
Desperté, estaba soñando.

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