jueves, octubre 11

052AD03047 - I

Sufrir no goza de exclusividad, no avisa que llegará ni como se presentará, no repara en la clase social ni económica y mucho menos religiosa; es inmanente en el ser humano, pero ello no desecha la posibilidad de que por medio de vivencias desagradables en la vida muchas cosas buenas se puede ir aprendiendo y a la vez ir fortaleciendo nuestro cuerpo y alma, es por ello que en este ensayo enfocaré toda la atención en describir acerca del tema del sufrimiento, que aunque teniendo “mala prensa” existe, y por tal es de valorarlo.

Realmente puede ser incierto ponerse hablar sobre lo que no se conoce, sin embargo a medida que avanzamos en nuestras vidas ganamos experiencia y ello nos hace conocedores de realidades inimaginables, en este ensayo presentaré los resultados de las conversaciones que tuve con un señor que se encuentra en el asilo de ancianos desamparados, con una señora que vende velas frente a la Catedral de Chiclayo, además el testimonio de una señora voluntaria encargada del Comedor Parroquial “San José” y aunque su pastoral no está muy enfocado en el tema es de valorar y resaltar lo que se realiza en este lugar.

Para ello he de suponer que en esta etapa de la vida el ser humano reniega de lo que le sucede y es difícil de afrontar una situación de sufrimiento, sin embargo la experiencia hace de los ancianos grandes conocedores de la vida y esto es la mejor carta de presentación ante cualquier persona que quiera iniciar una conversación.

Tengo como objetivo interactuar con las personas mayores, conocerles y escucharles para luego contrastar lo manifestado en las fuentes bibliográficas con sus experiencias, y así poder llegar a conocer lo que sucede en esta etapa de la vida y su relación con el sufrimiento.

“He vivido tanto en realidad y ahora no sé ni porqué estoy aquí”, palabras cargadas de resentimiento y coraje por estar dentro de un asilo de ancianos fueron las palabras que me dijo Don César al iniciar nuestra conversación, pero en realidad esto no estuviera pasando si no hubiese perdido la vista en su ojo derecho y esto se relaciona con lo dicho por Vico Peinado que habitualmente los síntomas de una depresión surgen después de la presencia de una enfermedad, esto ha originado en él un repentino aislamiento que ni siquiera a sus hijas quiere ver, esto debido a la vida familiar que ha llevado en su pasado.

Ciertamente afirma también Monge M. que el anciano poco a poco se va sintiendo inútil, piensa que molesta y se siente una carga para sus familiares; esto es confirmado por lo que me contó el Sr. César, quien dice que prefiere estar en un asilo en vez que estar con sus hijas e incomodarles, sin embargo por la situación en la que se encuentra aún puede ayudar y colaborar dentro del asilo puesto que el resto de su cuerpo aún se encuentra en buenas condiciones y esto lo hace, algunas veces, ayudando a algún ancianito que lo encuentre merodeando sin rumbo por los jardines.

Sin embargo la soledad en la que se encuentra Don César es muy diferente a la que pasa la Sra. Zulema, una mujer de 66 años que viviendo con su hijo se siente muchas veces sola y prefiere salir a vender velas frente de la Catedral en vez de estar postrada en una cama por sufrir de los nervios y de inestabilidad física, pero ella en cambio no se aísla ni se aferra a la soledad puesto que cuando puede juega con su bisnieta de 2 años y siente así que todavía puede hacer algo en la vida; esta situación es afirmada por Vico Peinado como parte del itinerario de la “noche oscura” llamada “regresión a la infancia”, a la vez es confirmado por Yepes Stork cuando dice que los dolores físicos pueden llegar a ser incluso olvidados cuando se está intensamente empeñado en una tarea apasionante o cuando hay un rostro que sonríe a los pies del enfermo.

Afrontar el sufrimiento en su mayoría de veces es realmente imposible y esto es mencionado por la Sra. Edita Vásquez, encargada del Comedor “San José” –en coordinación con la Iglesia Catedral de Chiclayo– al decir que muchos de los ancianos se deprimen demasiado y caen en el abandono. Sin embargo ella contando con la experiencia manifiesta que en los niños por ejemplo la permanencia en la calle es mejor que en la de su casa, puesto que las familias son un caos, pero de ello tienen la culpa sus padres por no saber educarles ni darles amor asevera esta voluntaria señora que agradece a Dios por darle la posibilidad de conocer a estas personas y aprender muchísimo; cabe resaltar que el sufrimiento es valorado como prueba y vía de acceso para un encuentro con Dios esto es aseverado también por Monge en su libro “El Sentido del Sufrimiento”.

A raíz de estas experiencias me he podido dar cuenta que el sufrimiento bien encaminado puede lograr muchas cosas positivas pero en ello influye el entorno en el que se encuentre el anciano, la vida que haya llevado y el sentido que se le de a esta situación puesto que historias como la de Don César y la de la Sra. Zulema han de haber más.

martes, octubre 2

Feed bank innecesario...!



Ella redunda en su indeferencia, se niega a respirar del aire amoroso.
Abdica del sentimiento anhelado por otros.
Irritada lo dejó, él llevaba girasoles. A ella no le importó.

Simplemente, y con ironía: le pasó a Angie.

lunes, octubre 1

I

Empezó el décimo mes, quedaron atrás ilusiones frustradas. Unas cuantas siguen pisando los talones de aquellas que actualmente merodean el "neocortex" de este tipo sarcástico, que hoy nuevamente fué receptor de "los límites sólo sirven para traspasarlos"...
Así que!, muy aludido y habiéndolo personalizado cual frase del mejor cuento de Cortázar seguiré tal cual.

II

Ya llegó la primavera, y esas imágenes que maravillaban aquellos espíritus infantiles jamás aparecieron por la rendijas, menos por las ventanas.
Los techos a dos aguas, rojizos despintados, no tienen esas hojas secas que uno creía observar de niño. Desilusionado por completo.

III

"Anillo que rodó por aquella alfombra roja". ¿Predicción o un simple sueño?.

IV







Contrario al Pisco 7.9
Fotos del diario "El Comercio".