viernes, enero 7

A las 7 parte

Acabo de terminar una conversación seria, pero, lo mejor es que no me importó buscar el mejor sinónimo o adjetivo cuasi cervantico que retrate lo que realmente quería que cale en su memoria.

Mañana vuelve a partir, el jet lag la tendrá furibunda por unos días. Pues, el contar el ida y vuelta a su cuna por 3 semanas, además, de entristecerla porque sabe que no volverá a ver a sus seres queridos en, fácil, un par de años, la llevará a recordar que tampoco invitó a su otra vecina a la misa de su papá.

El buscar y, mucho más, validar que tu comparación con el pasado te ha cambiado para bien, hace que esa vanidad y orgullo se enterque en demasía. Sí, señor, a mi usted me parece incapaz. Yo lo puedo hacer mejor. No, que mejor. Mucho mejor.

Ahora sí, que mierda, porque yo quiero, yo lo consigo.

domingo, abril 4

Verde por fuera

Mañana se acaban las vacaciones de esta semana festiva. He intentado descansar, pero en este descanso me vinieron a la mente muchos recuerdos y necesidades que no pensaba tener porque al final de cuentas ya me queda muy poco tiempo en esta ciudad, que a pesar de su gente muy amable y sus lugares bonitos, me siento embrollado.

En Bogotá, ya se cumple mi tercer mes, me ha gustado todo, pero, no me acaba de gustar esa razón que me lleva a sentirme que aún sigo pensando en las palabras que llevan las mismas letras de recuerdo.

Pensé que sería distinto, que perdería la rutina, sin embargo, encontré una monotonía en los días que han terminado por tener una sensación distinta a la de hace unos meses cuando dejé mi casa y mis amigos.

Hablo de gustos y más gustos porque los disgustos sólo quedan dentro de los morrales que me regaló ella cuando nos despedimos.

Basta ya de poesías, canciones de amor y crónicas ahistóricas. Acaba de sonar nuevamente el celular y vuelvo a lo mismo.

viernes, noviembre 20

Diadema pagana

Decía un autor de pequeño, muy pequeño él, que a su madre le desagrada la función de Martín, su esposo, pues su despótica figura actual no era de la cual ella se enamoró cuando juntos deslumbraban el plató donde eran reconocidos entre retumbes y graves sonidos.

Nos recibe en su oficina, contigua a la sala de reuniones. Pasé por delante de los demás miembros del directorio de una empresa pública. El inmobiliario, que guarda los sigilos que derrocarían su poder, tiene mejor espíritu que aquellos ilusos que sueñan ser inalcanzables por tener resguardo y subalternos a disposición.

La niña que atendió mi llamada odia la burocracia y las malditas moneditas de chocolate falsas. Así le llama, esta amante de los juguetes que carecen de una extremidad, a las relaciones que te regocijan de supremacía ante los demás.

"Vara pagana" fustiga el señor que porta unos anteojos azulados, haciéndome recordar al mercader veneciano que se suicidó porque su majestad le exigía matar a su hermano, caso contrario, perdería las riquezas de su madre, quien cansada de ver a su esposo obsesionado con el poder decidió convertirse en periódico arábigo.

jueves, noviembre 5

Uno más uno

Chiclayo – Lima – Moquegua – Puno – La Paz – Cochabamba, destino: Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. No iba en moto, ni tampoco se llamaba “la poderosa” como la del Che Guevara. Pero, el asiento en el que iba, al lado de la ventana, me hizo ver que pasaba de costa a sierra, para terminar viendo montañas por más de cinco horas con un calor abrumador y tan sólo con un libro por acabar y una botella de agua mineral en la mano.

Tres días de viaje. Las últimas quince horas me llevaron desde La Paz hacia la ciudad de los “cambas”, así le llaman a los habitantes cruceños, que literalmente rompen el estereotipo que se tiene de este país altiplánico, pues, su cercanía con Argentina y Brasil los hacen tener un acento lunfardo y moverse al son de la música carioca.

Si me hubiesen preguntado ¿Qué esperaba encontrar cuando llegara? De seguro que mi respuesta ahora sería incorrecta. Que gente para tan amable y acogedora. Que clima para tan cambiante y sofocante. Que ciudad para tan agradable pero algo desordenada. Que lugares tan antiguos como modernos que embellecieron los trabajos que fuimos a realizar.

Fuimos 25 jóvenes seleccionados a participar del proyecto de cine Santa Cruz 100 x 100 en la ciudad homónima. Procedentes de Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Bolivia convivimos por más de una semana en cinco grupos distintos produciendo cada quien su cortometraje basado en la frase impuesta por la organización “Uno más uno, uno”.

Si muchas de las producciones que se realizan en cualquier parte del mundo necesitan un numeroso equipo humano y técnico a total disponibilidad y semanas tras semanas de trabajo constante. Éste fue el reto al que fuimos estudiantes de Comunicación y estudiantes de Cine de estos países: realizar la producción de un cortometraje de ficción desde el guión, el plan de producción, el rodaje en sí y el montaje final, solamente en 100 horas.

El trabajo fue duro de realizar, personalmente más duro teniendo el cargo de director, pues, en mi grupo al inicio solamente fuimos tres los integrantes: Emiliano Grieco, argentino; Adriana Orellana, boliviana y yo, peruano. También, Samuel Núñez del Arco, formó parte del grupo, un peruano que reside en Santa Cruz por más de 12 años, quien justamente tiene familia en Monsefú, ciudad donde vivo ahora. ¡Que pequeño es el mundo, verdad!

Sin embargo, como me dijo Erika Paniagua, una de las coordinadoras del festival, con quien bromeamos al final de todo pues conmigo nunca se enojó, “parece ser ésta la estrategia de los ganadores, trabajar bajo mayor presión y en número pequeño”. Sí que resultaron ciertas sus palabras. Mi grupo, el número cinco, que trabajó con el actor boliviano que ahora reside en Brasil, Fernando Arze, ganó el primer puesto del Proyecto Santa Cruz 100 x 100 con el cortometraje “La Vuelta”, que narra la historia de un “camba” cuya vida actual desordenada lo hace regresar a su ciudad natal con el fin de reencontrarse consigo mismo y ser feliz nuevamente. Se esperanza en su mejor amigo y su ex novia. Finalmente, regresa a Brasil a seguir con su ¿vida?

Esos días incansables e interminables los pasamos en el hotel trabajando o en el Museo de Arte Contemporáneo recibiendo asesorías sobre guión y dirección a cargo del español Xavi Sala, sobre producción a cargo de la argentina Raquel Claramonte y sobre producción de sonido y banda sonora a cargo del boliviano Oscar García.

Ahora, estoy con muchos recuerdos metidos en la campera y en mi memoria, con un trofeo y diplomas en casa y con un trabajo por llegar a mi universidad. Siguiendo en contacto por Facebook con todos los que estuvimos esos días en Santa Cruz, organizando trabajos en conjunto, comentando nuestras fotos y preguntándonos como vamos cada quien en su país y en su centro de estudios. También, planeando visitarnos pronto.

Así estamos quienes participamos de este proyecto en el marco del 9no Festival Internacional de Video en Santa Cruz – Bolivia: extasiados de recuerdos y con planes para el futuro, sintiendo que además de nuestros cortos, nosotros nos llevamos también la carga emocional del uno más uno, uno.

jueves, julio 23

X

Empecé contando los días de atrás para adelante. No fue la mejor idea, pero, aún sigo intentando recopilar los recuerdos del sábado y domingo que pasé a su lado. El lunes llegó y se fue de la misma manera que el miércoles, día de su onomástico. Ahora, estamos jueves y no me ha llamado aún, espero que en la noche pase a dejar los lápices con punta. De seguro que no traerá el azul ni el rojo, pues son los colores de su bandera natal.

Quiero recodar así: con los colores, olores y sabores que me transportan hacía lo que fue el lugar en el que nos conocimos. Hoy ya es tarde para pensar en reencontrarnos. Ella sigue pensando en los recuerdos del pasado, yo cambié los naipes para el futuro. Yo la quiero a ella, pero ella quiere mi pasado. No nos volveremos a ver, o sí, quizá sí, frente a ese cruce donde perdió por mi culpa la sortija de su madre. Pero de seguro ya tendremos nuevos rostros.

Vamos poniéndonos fuertes, y es que acaso el no estarlo, está mal: pregunté. Aún no me responde, entonces, lo dejamos para otro momento.

viernes, febrero 13

Henésimas II

1
He creído nuevamente en la palabra de alguien que me defraudó. Defraudó: quizá no sea el verbo exacto, pero, que importa. A las finales caigo en su verborrea que me hace creerle nuevamente. He dicho que jamás volveré a subirme a ese bus donde no pude cederle el asiento a una anciana simplemente por el hecho de sentir que ella es mucho más jóven que yo por dentro. He venido a parar con la mujer que no soñé jamás, pero también jamás fui tan feliz. Esto último se lo robo a Arjona. He pintado en una hamaca la diminuta expresión de dolor que me caló este último fin de semana. He jurado en vano por la mujer que dijo quererme desde que nací. He decidido quererla más de lo que hasta ahora. Sin embargo, esta decisión se columpia entre el deseo y el sinsabor de un abrazo que ya no tiene color y su olor no es el mismo de mi niñez.

2
He querido escribirle un millón de e-mails a un destinatario imposible de olvidar, pero cada vez que lo intentaba caía en el mismo asunto de hace algunos años atrás. He leído los posts pasados de quien dice ahora ser un extraño que no le teme a la muerte, pero dudo de su engendra actitud para desafiarme cuando estamos solos. Sé finalmente que goza cuando nos hacemos sufrir. He dicho que jamás volveré a decir jamás, pero es que su nombre insiste en recordármelo pues empieza en J. He querido ir de un lugar a otro para olvidar pero de pronto me llegaban mensajes mientras yo estaba como no conectado diciéndome lo mismo de hace dos meses atrás: los tiburones llegan a las cinco.

3
He criticado la posición de aquel personaje que me era previsible. Sin embargo, esa noción me ha ayudado a declararme un acérrimo creyente de lo que hablé entre vinos y cigarros con aquella amiga que no veo hace días, pareciera que ya no somos los mismos, pero ese día creímos en que los sueños se traslucen de esa hipocresía innata de algunos seres que les importa un bledo matar, revivir, enterrar y hasta devorar simplemente por conseguir un sueño.

4
He vuelto a recibir otro comentario por eso he vuelto a escribir, suponiendo que me lees, pero dudo y me da vueltas en la cabeza una retahíla de nombres que ya carecen de género, y se han convertido simplemente en recuerdos, la mayoría ingratos recuerdos. He decidido darme unas vacaciones en estas vacaciones que se han vuelto las más indescriptibles porque carecen también de género y compañía. He decidido borrar lo escrito una y otra vez pero mejor he decidido dejarlo ahí y dedicarlo a "He" porque así simplemente creeré que me ve y que no me ve a la vez.

sábado, enero 10

1

Las agujas del reloj ya han empezado avizorar buenos deseos. Sin embargo, ella aún no regresa. Los hermanos siguen ahí, pero papás han huído. Aquel dibujante del pasaje perdió sus óleos. La chica del costado, esa que vestía tan mal pero a la vez me agradaba, dicen, que se perdió con el otro chico, ese que vestía demasiado mal, eran perfectos, "serían felices" como decía hace algunos años un amigo. Mi mejor, bueno la más agradable de mis amigas, ha viajado, me escribe al antiguo correo, ese que según ella, será "mi único correo". Quien se sentaba al costado, ese que escuchaba canciones raras, según él: "son mis composiciones", ha regresado a vivir con M. A M la ví hace unos días, había olvidado lo linda que se veía cuando realizaba sus caminatas al mediodía frente al parque, ese, justo ese que puedo ver por el pequeño espacio que hace la cortina que me regaló la mamama.

martes, noviembre 25

Y no va a surf

Siete y media de la mañana. Señor no se va para le derecha. Pero señor, si nosotros vamos por donde están los guardacostas de la marina. ¿Caminar? Ya pues, que nos queda.

Aló, ok. Ahorita vamos para allá, estamos cerca. Mientras tanto Jarabe de Palo empezaba a acompañarme con sus rolas por mi audífono en este día de playa, día de clase de periodismo.

Profesor, ¿Para qué siete de la mañana en Pimentel, y por esta parte del malecón donde hace más frío? ¿Nos invitas el té?, preguntó bromeando el profesor. Pero, han salido las empleadas, otro día puede ser, respondí. Tienes que mirar de todo y hacer tu crónica del viaje, respondió a mi primera pregunta el profesor.

Trulez, mi amiga compañera, inquieta pedía un pucho. Yo, acatarrado, y respirando de a pocos, escuchaba el romper de las olas a lo lejos. En ese momento no quería el cigarro aquel que nos fumamos pasada las ocho de la mañana.

Algunas lisuras, esas que ya se han vuelto parte de nuestro léxico habitual, que no nos convierte en humanos tildados de delincuentes, ni malhechores, sino, que nos hace sentir como diría aquella amiga de hace unos años “niños bien”.

Seis rostros en la pared de la derecha, ninguno muestra señal de alegría, tampoco tristeza. En el frontis veía: cuatro imágenes en círculo, eran dos seres que se contorneaban, no era un gesto erótico, ni siquiera estaba muy definido, esto a causa de la brisa y el abandono. Abandonados también quedaron los ángeles que dan la bienvenida y el saludo de paz al ingreso de esta casa, la casa blanca, la casa bonita frente al malecón, pero abandonada.

Seguíamos nuestro camino, mi celular aún con batería sonaba, sonaba justo una de las canciones tristes, esas que coloqué para los momentos feeling. Mientras tanto preguntaban, los que estaban a mi alrededor, Juanillo ¿Qué tienes? ¿Por qué esa cara?, preguntó mi amiga compañera. Era de todo, cual ensalada de frutas, donde se mezclan lo dulce, lo agrio, lo sólido, lo líquido, lo bonito, lo feo. Así estaba mi vida. Mi felicidad efímera, esa que hace unos días me hacía tener ilusiones que ahora se quedaron o viajaron a sabe Dios dónde, pero que ahora ya no me acompañan.

¿Señor, cuánto cuestan las sortijas?, preguntó mi amiga compañera. Señor, ¿Cuánto están las pipas? Esas señor, señalé con el pie. Parece ser que la lección de marketing estaba muy bien aprendida por este comerciante. Esperar que el cliente se enganche, para luego convencer con el precio. Illo o Juanillo, ¿Qué haces? ¿Cuál me queda mejor?, preguntaba de nuevo mi acompañante. Hey, ¿Qué haces?, ¿Contando? Llevas probándote 20 de las 72 sortijas que tiene este señor, esa que tienes ahora te queda muy bien, ¿la compras no? Y no va surf.

Así le pondré de mi título a mi crónica le dije, Y no va surf, que para los desentendidos en la materia, sería Y no va serf. Seguía sonando el audífono derecho, ahora ya cambiaba de ritmo, sonaba Micky Gonzales, era una de sus canciones antiguas, esa que repite incesantemente, “no le gusta el colegio, no le gusta estudiar, pero tiene una carrera en la universidad, la pequeña, que problema. Ella es muy dormilona, no se quiere levantar, yo le digo varias veces que se tiene que levantar, la pequeña, que problema”. Illo ahora ya estás bailando, ¿Vao por un pucho? preguntó mi amiga compañera. Señora, me da un KENT. ¿Serán ricos?, preguntó mi amiga compañera. Son bien suavecitos, señalé. Ah bueno, entonces a mí también me da dos señora.

El profe quiere que vayamos a los restaurants, dijeron. Alguien enfatizó el “ants”, haciéndolo sonar más que chistoso. Ya acababa la canción que decía la pequeña, que problema. Y dirigiéndonos para el otro lado del, como diría mi acompañante, malecón pituco, íbamos jugando. Empecé a patear en la arena, a echarles a cada quien lo que le tocaba. No jo… (pic, pic) sonaría. Ya mejor camina solo, me dijeron, y me quedé atrás pero con la compañía de mi acompañante y de la música de Micky que aún seguía sonando, pero ahora con una mezcla de electrónica y música peruana, del álbum Inka Terra, la danza del agua se llama.

Yeh… (prolongado), bien ahí profe. Pero ¿cómo?, ¿Serio?, ¡no! (prolongado también) ¿Qué le pasó?, en fin. Si chicos, el examen será el miércoles de la próxima semana. La alegría de aquel momento era más que desbordante, esa fue obra de la santa naturaleza, del mar y del poder de convencimiento de César. Grande César, ¿Foto? Ya pues, otra, ya pues. Otra más, ya (prolongado), pero ahora con un toque de disgusto.

Llegó la hora de partir. Diez de la mañana. Buen día, de esos días en que me gusta la playa, de esos días en el que se puede estar abrigado, de esos días en el que fumarse un cigarrillo pone, de esos días en que se puede estar con alguien olvidándose del resto, de esos días en el que se puede jugar, de esos días en el que se puede tomar fotos, hablar lisuras, y fastidiar a propios y comunes, de esos días en que sólo queda el recuerdo y la incertidumbre de saber si volverá a pasar. Acaban las horas de playa en primavera, acaba el martirio del catarro frente al mar. Acaba el día de clases de periodismo en la playa con el fin de hacer una crónica. Acaba y suena una canción, de esa que pocos conocen por no ser comercial. Pero finalmente, Pimentel pone, dijo mi amiga acompañante. Y no va surf, respondí.

viernes, junio 27

Inkawasi, desolado por el friaje

A ocho horas de la agitada y comercial Chiclayo, dirigiéndonos hacia el noroeste a través de trochas producidas por las lluvias, sintiendo la escasez de aire y el mal de altura encontramos en la cúspide de un frondoso cerro sin sendero a la población altoandina de Inkawasi. Sus autóctonos atuendos, sus ancestrales tradiciones y sus multicolores viviendas los revive de esta agonía a los que les expone su mamapacha. Con sus alborozos saludos en quechua y sus mejillas chaposas, exhalando el vaho del sufrimiento climático descienden con sus tradicionales llanques y sus variopintos ponchos a su parque principal para hacer sentir a los citadinos que existe este oriundo y desolado paraíso.
El distrito de Inkawasi por su ubicación geográfica tiene tres zonas: en la baja, no hay ningún inconveniente, en la parte media la situación está controlada, el problema se ubica en la zona alta que se encuentra a 3800 y 4200 m.s.n.m. donde la temperatura ha sufrido ciertos descensos en los últimos días, llegando hasta los 2 grados.
“La situación se torna preocupante y siempre nos marginan por el hecho de ser andinos” sentencia el burgomaestre del distrito, César Martans.
El Comité Local de Defensa Civil tiene registrado por causa de las heladas a 2527 familias damnificadas en todo el distrito de Inkawasi, siendo los 4000 pobladores de los 14 caseríos de la zona alta los más críticos, entre ellos encontramos a Mushkalin, Susupampa, Marihuaca, Congacha, Rumichaca, LLamica, Chilvalca, Kotiquiro, Totoras, entre otras.
Los más propensos a las IRAS (infecciones respiratorias agudas) y las EDAS (enfermedades diarreicas agudas) son los niños y los ancianos. Según cifras del Centro de Salud de la localidad se tiene registrado un incremento de un 100% de pacientes atendidos.
Ante estos problemas climatológicos, los cultivos también son los más perjudicados. Según datos de Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) en Inkawasi se ha perdido por causa de las heladas 776 hectáreas de cultivo, aumentando así el nivel de extrema pobreza de la población, puesto que su producción es de autoconsumo.

Tarea de todos
Según informes del Diario Oficial “El Peruano” hay 11 departamentos del país que han sido declarados en emergencia a raíz del friaje. Sin embargo, Lambayeque no ha sido considerada. “Esto es tarea del Gobierno Regional, pero parece que hay poca preocupación y pocos deseos de contribuir con los campesinos de esta parte de la región” considera la primera autoridad del distrito César Martans.
Como municipio señala que no tienen recursos, pero se trabaja a nivel del Comité Distrital de Defensa Civil presentado proyectos que de manera paliativa van a contribuir en la generación de trabajo temporal de los campesinos. Acotó que en un par de días se iniciará el Proyecto “Implementación de viveros forestales con fitotoldo” aprobado por el Programa “Construyendo Perú” por un monto de 200 mil soles, cuyo objetivo será forestar la zona y generar trabajo temporal para los campesinos.
Para el problema de las lluvias se elaboró un PIT de emergencia que bordeaba los 2´900,000 nuevos soles indica el secretario del Comité Distrital de INDECI, Nelso Manayay. Con ello se logró la reactivación de la actividad agro-productiva en los meses de enero a marzo. Agrega que para los meses de las heladas, realizan la evaluación de daños y se envía los reportes al comité regional con la finalidad de conseguir apoyo. “Pero poca ayuda se recibe” indica Manayay.
El año pasado se presentó al Comité Regional de INDECI un plan de capacitación para los principales agentes del distrito. Recién se puso en marcha a partir del 23 hasta el 28 del mes en curso. “Esperamos que las autoridades de los sitios poblados y caseríos tomen conciencia y también contribuyan. Porque Defensa Civil es tarea de todos” reflexiona el alcalde de Inkawasi, César Martans.

Salud
El servicio en el sector salud es deficiente y hay debastecimiento total de medicamentos en la zona. A pesar de todos los requerimientos, el alcalde enfatiza que la Dirección Regional de Salud no ha hecho eco a sus llamados, porque no hay ayuda, no hay medicamentos. “Pareciera que las autoridades regionales están esperando muertes” ratifica Martans.
Al respecto, el Director Regional de Salud, Víctor Echeandía remarca que el Gobierno Regional brindó atención médica gratuita el pasado miércoles 11 a favor de la población del distrito de Inkawasi. Asimismo anuncia que para los primeros días de julio se realizará otra campaña donde participarán especialistas y pediatras para los afectados de la misma zona.
Por su parte, la Jefa de la Oficina de Defensa Nacional, Dra. Rosa Marrufo indica que la Dirección Regional de Salud ha presentado un Plan de Contigencia de Alerta Verde por el Friaje, teniendo como objetivo reducir los daños sobre la salud de las personas por efectos de las manifestaciones extremas de la estación de invierno. El plan tendrá un monto total de 649,495 nuevos soles.

Otros problemas
El problema climatológico no sólo desencadena afectados en cuanto a salud, también lleva a cuestas la deserción de muchos niños a las escuelas, que a largo plazo provocará un incremento en el analfabetismo.
En el distrito se localizan 58 instituciones educativas. El director de I.E. 10084 Virgen de las Mercedes- Inkawasi, Lic. Manuel Guillermo Zeña señala que tiene a cargo 650 alumnos y a causa de las heladas se han retirado los niños de la zona alta con molestias gripales y pulmonía. Problema que en los próximos meses de mayor friaje traerá como consecuencia la migración de los pobladores a otros lugares y por lo tanto disminuirá la lograda inserción de las niñas a los establecimientos que por tradición no les ha sido atribuida.
Por otro lado el Responsable de la Jefatura Municipal de la DEMUNA, Sr. Edilberto Gastelo Montalvo señala que el abandono de padres, la violencia familiar, y el problema de la bigamia aún persisten en la localidad. Para contrarrestar estas deficiencias se dictan charlas en los diferentes caseríos a los tenientes gobernadores y sargentos municipales para que se mantengan vigilantes y propicien cambios sostenibles.

Nuevas acciones
El Comité Local de Defensa Civil coordinó con la alta dirección del sector de educación para que los docentes participen de charlas de prevención de riesgo y una vez obtenidos los resultados realicen las réplicas en sus respectivas localidades, asevera el Jefe del Comité Local, Nelso Manayay.
El alcalde del distrito de Inkawasi, César Martans señala que solicitará a INDECI y al Comité Regional para que a través del Ministerio de Economía y Finanzas se asigne una partida presupuestal para problemas de emergencia próximos.




domingo, junio 8

He-nésimas

-I-
He intentado escribir de todo y al final nada me salió. He reído con todo lo que estaba a mí alrededor, sin saber si eran sustantivos propios o comunes. He hablado de todo y al final sentí que nadie entendió, ni yo mismo, lo que dije. He dibujado poco, casi nada, pero sentí que a todos les gustó lo que hice. He leído lo que no debí y lo que buscaba al final no lo hallé. He cantado poco, pero junto a muchos. He tarareado sin parar lo que ni me gustaba. He dormido poco pero hubo miles de sueños. He soñado de todo, con todo y por todo. He corrido poco, pero cuando lo hice terminé muy cansado.

-II-
He tomado hasta emborracharme, pero sin recordar algo. He creído estar mal, sin embargo nunca lo acepté. He olvidado fechas muy importantes que celebrar, pero sentí que no me hicieron falta. He amado, sabiendo que no lo hacía, pero fingí y terminé dañado. He dejado de hacer muchas cosas, pero hice muchas de las que me siento muy contento. He luchado por lo que he querido, sin tener en cuenta a muchos. He dejado de sentirme tan necesario, pero he necesitado a muchos últimamente. He recapacitado de pocas cosas, pero me enseñé por lo que no debí, terminé mal. He escuchado mucho, me aferré a quien debí, y a quien no, también.

-III-
He sido muy feliz con lo que no debí, y poco feliz con lo que debí. He cruzado menos el rojo sin pensarlo. He hablado con muchos y ahora de pocos me acuerdo. He lastimado a quien no debí, carajo, por que lo hice. He dictado charlas en mis sueños a quien nunca debí. He vacilado sin parar y cuando paré no sabía lo que hacía. He lastimado a quien nunca creí hacerlo. He pedido disculpas de lo que no hice, pero cuando lo hice me refugié en el olvido disfrazado de sonrisas falsas. He dejado de caminar bastante por falta de compañía. He visto muchas realidades y siento la necesidad de cambiar todo, pero no sé ni por donde empezar. He dejado cosas por hacer. He sido víctima de un asalto. He fracasado en mi credibilidad.

-IV-
He sido partícipe de muchas fiestas pero aún ahora siento que no debí estar en algunas. He sentido la necesidad de esforzarme y la alegría futura de conseguir lo que quise. He tirado la puerta de mi casa no se cuantas veces y una de una oficina. He contestado mal, haciendo sentir peor a quien no debí. He perdido muchos recados por falta de comunicación. He entendido a pocos. He reprochado menos de lo que debí. He dado muchos exámenes, pero a pocos les presté la debida atención. He preferido escuchar más ritmos de los que dije “yo, escuchar eso”. He dicho al final: puta madre lo hice bien carajo. He sido feliz por la alegría de otros. He sentido el miedo que nunca sentí tras la pérdida de alguien. He olvidado que alguien me escuchaba. He interrumpido menos de lo acostumbrado.

-V-
He realizado dos catarsis en público, sentí muchos nervios al inicio, pero una alegría inefable al final. He cantado en combis sin deparar en la propina y las maras caras. He grabado muchas escenas en mi memoria y otras en una cámara digital. He estado en medio de un perro y de muchos más, sentí menos miedo cuando había un montón que cuando venía “Hércules”. He querido cambiar de perfil y de carpeta de clases. He querido acompañar por más tiempo a quien siempre estuvo conmigo, pero no pude. He escuchado los saludos de alguien a quien tengo que no sólo darle saludos sino muchas otras cosas más. He dejado de reenviar las cadenas vía correo. He querido hacer muchas cosas más, pero las que hice me dejan muy feliz, como ésta.